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miércoles, 10 de octubre de 2012

Consejos para tomar buenas decisiones


1. Meditar bien cada decisión

Cada vez que tengamos que tomar una decisión, no importa el tipo o tamaño de ésta, debemos analizarla y meditarla bien.
Si se trata de decisiones importantes, debemos recabar una mayor información y tomarnos un mayor tiempo para poder analizarlas.
Pero si se trata de decisiones rutinarias, no debemos tomarnos demasiado tiempo, y tener la capacidad para analizar y tomar decisiones rápidamente. Siempre confiando en nuestro buen juicio, nuestra experiencia y en nuestros instintos.

2. Tener en cuenta las consecuencias futuras

Muchas veces se toma una decisión pensando sólo en las consecuencias que ésta podría generar en el corto plazo, y no se toman muy en cuenta las consecuencias que podría generar en el futuro.
Por ejemplo, se elige incursionar en un determinado tipo de negocio, pensando en los rápidos beneficios que podría generar, dejando de lado otras oportunidades que tal vez no brinden rápidos beneficios, pero que en el futuro, a diferencia del primer caso, presentan buenas posibilidades de convertirse en grandes negocios.
Por lo tanto, la recomendación es que al tomar una decisión, no sólo debemos tener en cuenta las consecuencias inmediatas, sino también todas las consecuencias futuras que podría generar el tomar la decisión.

3. Evitar el “parálisis por análisis”

Cada vez que tomemos una decisión, debemos analizar y meditarla bien, pero sin caer en el exceso, es decir, sin tratar de preverlo o planificarlo todo.
Debemos saber que al tomar una decisión, por más que tratemos de evitarlo, siempre habrá cierto riesgo de que las cosas no sucedan tal como se esperan.
Por lo tanto, debemos evitar tratar de controlarlo todo y, en ocasiones, no seguir alargando por más tiempo la toma de la decisión, asumir cierto riesgo, y tomarla de una vez.


4. Confiar en los propios instintos

Para tomar buenas decisiones, debemos confiar en nuestro buen juicio, en nuestra experiencia y, sobre todo, en nuestros instintos de empresario.

Nunca debemos obviar a nuestros instintos, ellos nos dirán cuándo una decisión es la correcta, y nos alertará cuándo una decisión que estamos a punto de tomar, no es la indicada.

5. No tomar una decisión si no estamos convencidos
Si estamos por tomar una decisión, pero dentro de nosotros no estamos muy seguros de que es la decisión correcta, entonces no debemos tomarla por ningún motivo.
No debemos forzar las decisiones, si no estamos seguros de que vamos a tomar la decisión correcta, debemos tomarnos un mayor tiempo, recabar más información, y no tomar una decisión hasta que estemos completamente seguros de ella.


6. No tomar decisiones en base a emociones

Si tomamos una decisión cuando estamos apurados, preocupados, molestos, tensos o nerviosos, es muy probable que la decisión que tomemos sea errada.
Lo recomendable en estos casos es no dejarse llevar por las emociones, esperar a recuperar la tranquilidad, y recién entonces tomar la decisión.
El estar tranquilos nos dará una mayor claridad y sabiduría para tomar la decisión correcta, y evitar cometer errores de los que más adelante podríamos arrepentirnos.


7. Delegar decisiones

Delegar decisiones nos permite disponer de un mayor tiempo para realizar otras cosas más importantes, nos permita motivar al trabajador a quien le deleguemos la decisión, y nos permita obtener mejores resultados (si la persona a quien le delegamos la decisión cuenta con mayor información o experiencia en el tema en cuestión).
Por tanto, delegar una decisión puede ser una buena alternativa cuando no es necesario que seamos nosotros quien la tomemos (aunque antes de hacer ello, debemos asegurarnos de que la persona a quien se la vamos a delegar tenga la capacidad necesaria para poder tomarla).

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